viernes, 8 de enero de 2010

Celebremos a San Pedro Tomás (8 de enero)


De muy niño abrazó la vida del Carmelo.

Aunque dotado de pocas cualidades físicas, alcanzó sin embargo con su tesón y esfuerzo y ayudado de la divina gracia, tan gran sabiduría y santidad que, ingresado en el Carmelo, es casi increíble lo que trabajó por lagloriade Dios y el bien de la almas al servicio de la Orden, de la que fue Procurador General, y al servicio de toda la Iglesia, tanto latina como oriental.


San Pedro Tomás amó tanto a la Virgen Maria que no parecía sino que llevaba su nombre escrito en el corazón. Con razón se puede decir que ese amor singular y su extraordinaria devoción a María, fue el alma de toda su vida, el norte de toda sus acciones, la palanca con la que removía y superaba cuantos obstáculos encontraba a su paso.


Como auténtico carmelita, nunca dejó de vestir su pobre túnica y escapulario; ni siquiera al dormir ni siendo obispo.


Sabía muy bien, sin embargo, que lo que identifica al carmelita según la regla es el "Meditar día y noche la ley del Señor", ocupando sin interrupción la mente y el corazón en Dios, de modo que toda la acción brote de la contemplación y se entregue a los demás lo contemplado en lavigilante oración.


Señor, Dios nuestro, que infundiste en tu obispo San Pedro Tomás la fuerza de tu Espíñtu para promover la paz y la unidad de los cristianos, concédenos que, por su intercesión. guardemos íntegro el don de la fe y busquemos el vinculo de la paz verdadera. Amén


No hay comentarios:

Publicar un comentario