sábado, 18 de diciembre de 2010

Sobre San Juan de la Cruz


Estando en Alcalá, le piden a fray Juan que escriba una vida de los santos Justo y Pastor, patronos de la ciudad. Dice que no: "habría de hacer un libro de devoción", cuando tendría que hacer un libro de historia. Pues bien, siguiendo su historia, San Juan de la Cruz conjuga admirablemente la contemplación y la acción al servicio de la reforma de la vida religiosa. Su soledad es fecunda y sonora como formador de descalzos, confesor de monjas, en las florecillas y peripecias que vive, la persecución que sufre, en la cárcel que convierte en experiencia de libertad, de creación, de testimonio.

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