La vida de Magdalena fue dura, un continuo martirio por las almas, por la Iglesia, a la que amó apasionadamente. Y porque "Amor es dolor" Magdalena se abrazará toda su vida a la "locura de la cruz", cuyas llagas llevará impresas en su cuerpo. y se ofrecerá víctima de amor por los pecadores lanzando aquel grito jamás oído: "Padecer y no morir".
Su gran anhelo va plasmado en esta frase: "Jesús mio! dame una voz potente que la oiga el mundo entero: nuestro amor propio es el que nos ofusca vuestro conocimiento... El amor propio que es el contrario al vuestro, Señor... ¡Amor, haz que las criaturas no amen otra cosa que a ti!"
Para ello la santa insistirá en la "Pureza, pureza, pureza", como solía repetir; esa pureza que es la desnudez total de la propia voluntad: la inmolación absoluta del propio yo, del juicio y parecer propio, de todo deseo y satisfacción.
OREMOS JUNTOS ...Señor Dios nuestro, vos que amás la virginidad, y enriqueciste con dones celestiales a tu virgen Santa Maria Magdalena de Pazzi, cuyo corazón se abrasaba en tu amor, concedenos a cuantos celebramos hoy su fiesta, imitar los ejemplos de su caridad y su pureza. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén
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