domingo, 1 de noviembre de 2009

Una verdad pequeña y sencilla (Santa Edith Stein)


Momentos significativos del itinerario espiritual de Edith Stein han quedado consignados en las veinticuatro cartas que dirige a Sor Adelgundis. De ellas extractaremos algunos párrafos importantes en este proceso. AMELIE JAEGERSCHMID (Sor ADELGUNDIS OBS) (1895, Berlín), doctora en filosofía, con especialización en historia, estudió en Friburgo, asistió a los “cursos filosóficos para principiantes” de Edith Stein, perteneció al grupo de los primeros discípulos de Edmund Husserl.


El año 1921 se convirtió al catolicismo y entró en el convento benedictino de santa Lioba (Friburgo-Günterstal). Allí volvió a encontrar Edith Stein a Sor Adelgundis, y desde entonces se desarrolló una larga amistad. En las cartas escritas desde Breslau Edith le refiere el cúmulo de tareas que la desbordan y tiene que jerarquizar. Conferencias sobre la mujer en Salzburgo y Munich, solicitud como profesora para el Instituto de Pedagogía Científica en Münster, trabajo científico sobre santo Tomás...


En medio de esos trajines nos deja ver cómo vive esos acontecimientos y qué es lo que debe aportar a la humanidad. Desde el Carmelo de Colonia, le comunica su vocación carmelitana. Se dedica a cuidar a la hermana lega más anciana, Clara, enferma de cáncer de hígado, atiende el torno, escribe. Una y otra vez reitera el móvil determinante de su vida: la fe viva en Jesús, el ofrecimiento total de su vida de amor a Dios, y la oración constante por todos los hombres ante el sagrario, y en comunión con el misterio redentor.

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