
Desde muy joven, M. Felicia sintió la llamada del Señor:
quiere llegar a convertirse en Hostia, como el verbo encarnado.
"Renuevo ante Tí, Jesús Hostia, este deseo sincero e íntimo de inmolar mi Vida en aras de tu amor".
Trabajaba hasta el cansancio, y aún así, seguía trabajando.
"Jesús mío, sigo ofreciendo uno a uno, gota a gota, este cáliz por nuestro ideal, por nuestro apostolado, ¡por tu Gloria, Señor! ".
"...con toda el alma, con la generosidad más amplia, Tú ves cómo te los he ofrecido, ofreciéndote a cada instante todos los trabajos, luchas, angustias, cansancios de estos días".
Se acostumbró a repetir una breve jaculatoria:
"Yo te doy Gracias, mi Dios, y quisiera poder en todo y siempre decir: ¡Si, Padre!, conformando a Tu divina Voluntad mi pequeña voluntad".
De la Química aprendió a hacer una Fórmula que a modo del lema, T2OS:
“Todo Te Ofrezco, Señor”
Un auténtico caminito para las almas de estos tiempos: Ofrecerlo Todo.
A causa de un malestar físico intenso, dice:
"Cómo te agradezco, Señor, todo, íntegramente todo te ofrezco, Señor, por tu Gloria y Salvación de nuestra alma y, junto con la nuestra, la de miles de almas más".
Madres Carmelitas
Montevideo, Uruguay
EN ALABANZA DE CRISTO
Escribid más sobre esta hermana, es una vida que debemos conocer por lo ejemplar.He copiado par mis meditaciones y jaculatorias las de ella, as´que poned más para conocerla.Bendiciones.
ResponderEliminar