sábado, 20 de diciembre de 2008

Autoestima teresiana??


Su madurez está marcada por la conversión ante un Cristo llagado, que la remueve por dentro de tal manera, que nace una nueva Teresa: «Me parece me aprovechó más, porque estaba ya muy desconfiada de mí y ponía toda su confianza en Dios» (V9,3)


Su experiencia la sintetiza diciendo:


«Veo claro la gran misericordia que el Señor hizo conmigo» (V 8,2) «Mientras mayor mal, más resplandece el gran bien de vuestras misericordias ¡Y con cuánta razón las puedo yo para siempre cantar!» (V. 14,10) Así titula el libro de su vida: Libro de las Misericordias del Señor.
Autoestima para ella es quitar el pensamiento de nuestra miseria lo más que podamos y ponerlo en la misericordia de Dios (V 39,3) También expresa este concepto con la siguiente frase: «¿Cómo aprovechará y gastará con largueza el que no entiende que está rico? Es imposible tener ánimo para cosas grandes quien no entiende que está favorecido de Dios... quien no tiene alguna joya de lo de allá puede tener fortaleza» (V 10,6)


A la Santa le encanta hablar de joyas, quizá las tuvo antes de entrar al convento, su familia era rica: «Dará su Majesta joyas a quien luzca y aproveche con ellas para sí y para los demás» (V. 10,6) «¿Qué esposa hay que recibiendo muchas joyas de valor de su esposo, no le dé siquiera una sortija?» (C.23,2) «La manera de abrir el relicario (cofre) sólo la sabe la dueña de la joya» (VIM9,2,) «No pierda yo, Señor mío, joya tan preciosa» (Ex XIV 2)


A Teresa le gusta su nombre, se identifica con él.

En una carta al padre general de la Orden le dice: «Cuando estemos delante de Dios, verá vuestra señoría lo que debe a su hija verdadera Teresa de Jesús» (Cta. feb. 1576) En otra ocasión pone su nombre en labios del mismo Dios que le dice: «Ahora, Teresa, ten fuerte» (F. 31,26)
Somos desde la mirada del otro


A Teresa le tocó vivir rodeada de hombres a pesar de ser una monja de clausura y estar consagrada a Dios. A causa de su experiencia de oración se vio en la necesidad de tratar con una serie de sacerdotes, confesores y santos; como fundadora también tuvo que tratar con obispos, provinciales, generales, bienhechores, mercaderes, arrieros, mensajeros y hasta reyes. En fin, fue la primera mujer que fundó en la Iglesia una Orden de frailes.


Fueron precisamente los hombres quienes más la ayudaron en todo lo que quería y como lo quería. Ellos la respetaron, admiraron y sirvieron. Teresa de Jesús aprendió a mirar los valores de los otros y a dejarse mirar para sentirse valorada. Tuvo en alta estima la relación, la amistad, el conocimiento propio.


Invertir en lo que no se devalúa...


La palabra autoestima como tal, no existe en el diccionario teresiano.

Pero la experiencia de Teresa tiene todos los elementos que la forman.
Sin saberlo, es una precursora de la dignidad y valoración de la persona.

Tus joyas interiores son tus valores... ¡Vale la pena invertir en lo que dura para siempre!

1 comentario:

  1. Es un análisis tremendo, como todos los grandes santos, no se quedó en la superficie.Tiene mucho que aprende una de esta mujer.
    Te mando mi saludo de Navidad: que Jesús nazca en tí y te apremie para que lo enseñes a los demás.Esa es tu joya verdadera:el apostolado que haces desde esta`página. Bendiciones y besossssss.

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